las administraciones públicas de uno de los países que han jugado un papel clave en la evolución de la tecnología, paradójicamente han permanecido ancladas a tecnologías ampliamente superadas, cuando no claramente obsoletas. Es cierto, sí, que Japón no es el único país en el que se vive esta situación, por ejemplo hace unos meses hablábamos de un caso igualmente sorprendente en Alemania, pero sí que es, muy probablemente, el más paradigmático.