Veinte minutos. Es el tiempo que ha tardado en morir Rompesuelas, el toro que este año estaba destinado a recibir los lanzazos de los participantes en el Toro de la Vega. El joven leonés de 21 años Francisco Alcalá, alias Cachobo, fue el encargado de acabar con la vida del animal. Un desenlace que, pese a todo, ha sido considerado nulo por la organización: las normas especifican que ha de ser una sola persona la que alancee al toro hasta la muerte, y que ésta ha de producirse frente a frente y nunca por la espalda.