Fina Santos se convirtió en una de las mujeres más activas del movimiento marinero gallego que, en las décadas 80 y 90, luchó en los despachos, y con huelgas y fuego, por un convenio digno para los pescadores cefalopoderos que faenaban en el banco canario-sahariano. Hasta allí se embarcaban el marido y el padre de Fina. Toda la genealogía de Fina viene del mar. Ellos fundaron Mariñeiros en Loita (marineros en lucha). Sus mujeres crearon Rosa dos Ventos. Juntos planearon sabotajes, organizaron piquetes, cortes de carreteras y vías de tren.