Cuando nuestra casa está ardiendo no solemos optar por soluciones imaginativas. Más bien nos apartamos a un lado y esperamos que los bomberos acaben con el fuego. Pero el problema es que hoy los bomberos modernos son pirómanos mediocres y, en algunos casos, hasta ultras ignorantes dispuestos a todo y al precio que sea. El impacto de lo sucedido también puede medirse en términos de memoria. Son los efectos de una guerra en la que aún no estamos ni tan siquiera en su posguerra. Ahora vendrá lo peor: incorporarnos a una rutina anómala.

El 70% de todo lo que suceda se compartirá vía internet y la feria del libro, en Tomás y Valiente, tendrá veinte estands con las exigencias sanitarias

El protocolo elaborado por Sanidad entrará en vigor única y exclusivamente cuando el Plan de transición hacia una nueva normalidad establezca que es posible la apertura

Yo lo que sé es que hay bastante empresas, entre ellas Room Mate, que han puesto sus hoteles y sus apartamentos al servicio de los sanitarios. Criticar a una empresa que encima lo ha dado todo, me parece...", ha lamentado Ana Rosa a media tertulia

El Estado nos dirá qué podemos hacer y qué no. Ahora nos toca a nosotros decidir cómo actuaremos. Alguien demasiado cínico lo ha llamado "la nueva normalidad" pero de normal no tendrá nada... Esto no es "la nueva normalidad" sino "las nuevas normas".

El 51% de la población española entró este lunes de lleno en la Fase 1 del plan de alivio del confinamiento. Así ha sido el regreso a la "extraña normalidad" en la ciudad de Guadalajara.

Cosas tan cotidianas como comer de la paella, el desayuno buffet o encontrar pareja se complicarán en los primeros meses post-pandemia

Ahora que media España transita los primeros pasos hacia una cotidianidad que nunca será la misma, sorprende volver la vista atrás: citas deportivas, conciertos y eventos multitudinarios se dieron la mano con tardíos, y extraños cuadros de gripe que para médicas y pacientes cobran nuevos significados tras meses de epidemia

Donald Trump, apareció en la sala de reuniones de la Casa Blanca para revelar sus directrices oficiales: Se alentó a los gobernadores estatales a aliviar sus restricciones de coronavirus, pero con la condición de que sus decisiones se basaran en "datos verificables": una disminución de 14 días en los casos nuevos registrados o una trayectoria descendente de las pruebas positivas durante el mismo período. Tres semanas después, la respuesta es clara: que los estados se burlaran de ellas). Desde entonces, Trump apenas las ha vuelto a mencionar.

España sopesaba el jueves nuevas medidas para volver a lo que su presidente ha llamado una “nueva normalidad” a medida que va conteniendo la propagación de la epidemia de coronavirus, aunque en la capital Madrid y en la ciudad de Barcelona podrían mantenerse las fuertes restricciones actuales.

La secretaria general de Ciudadanos, Inés Arrimadas, defiende que "España no está preparada para volver a la normalidad, por eso hemos apoyado la prórroga" y aclara que hoy en el Congreso "no se votaba la investidura de Pedro Sánchez, se votaba un Estado de alarma y dar solución a la emergencia sanitaria".

Varios países podrían volver a adoptar el confinamiento si no gestionan de manera atenta la transición.

La que pintaba como una temporada trascendental, al final ha saltado por los aires, y Rafael Nadal (Manacor, 33 años) contempla con pesadumbre el efecto abrasador de la pandemia. “¡Venga, vamos chicos! ¡Que a las ocho puedo salir a dar un paseo y hasta me hace ilusión ya!”, dice el tenista balear, quien reflexiona para EL PAÍS por videoconferencia desde su domicilio en Porto Cristo (Mallorca)

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hace un llamamiento a la sociedad para que se "tome en serio" las medidas de la desescalada porque la transición hacia la nueva normalidad será "más difícil" que el confinamiento total. "Hemos hecho un esfuerzo grandísimo durante siete semanas y vamos a tener que seguir haciéndolo para no perder el camino que hemos avanzado entre todos" y que se ha traducido en una disminución de los fallecidos y contagiados por el coronavirus, destaca Marlaska en una entrevista telemática con Efe.

Hay quien se empeña en afirmar con vehemencia que las cosas no volverán a ser como antes. Que la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 cambiará para siempre muchos aspectos de nuestras vidas. Es más, hay, incluso, quienes se refieren a este desconocido e inminente devenir con un rebuscado y orweliano término: lo que algunos han venido a llamar la "nueva normalidad".

La apertura de pequeños comercios y peluquerías con cita previa o de restaurantes que vendan comida para llevar son algunas de las medidas que entran este lunes en vigor en España dentro de la fase 0 de la desescalada. El uso de mascarillas que cubran nariz y boca es oblligatorio para todos los usuarios del transporte en autobús, ferrocarril, aéreo y marítimo. Todo el país ha empezado la desescalada en esta fase excepto las islas de La Gomera, El Hierro, La Graciosa y Formentera, que este lunes entran directamente en la fase 1: ya está permi

Walter Benjamin defendía que el estado de excepción es en verdad la regla. Incluso cuando nuestro estado no está en guerra o en estado de excepción, la normalidad, tranquilidad y armonía que percibimos está construida sobre la opresión de muchos.

Ahora, se mantienen las órdenes de distanciamiento social en las iglesias, escuelas, empresas, oficinas, aunque no está claro si todos los restaurantes y cafeterías se adhieren a reglas tan estrictas. Pero para muchos, la vida parece estar volviendo a una nueva normalidad. La gente sale a la calle, pero tiene que tomarse la temperatura antes de entrar a eventos públicos o edificios. El béisbol, que es extremadamente popular en Corea del Sur, se reanudará el 5 de mayo, aunque sin espectadores en los estadios.

Durante la mayor parte de este año, China ha estado viviendo siete semanas en el futuro. Las nuevas estrategias que las empresas están introduciendo no devolverán la vida a la normalidad, según los líderes empresariales y expertos. En cambio, dicen que la crisis podría cambiar permanentemente la forma en que trabajamos, compramos y administramos nuestros negocios.

Hacer los pasos de cebra más anchos para garantizar la distancia de seguridad es una de las medidas que se están tomando en los pasos de cebra más concurridos del centro de Santander. Para que no se produzcan aglomeraciones en los cruces, se marca una franja central para separar los flujos contrarios, el de la derecha es para circular en el sentido de la marcha, y el de la izquierda para los que vienen de frente, sin rozarse. La ciudad también se plantea alargar el lapso de los semáforos para dar más tiempo a los peatones para cruzar la calle.

(...) Nuestra nueva normalidad puede ser una patada adelante en la espiral que conduce hacia un colapso ecológico y social, pero también podría ser una realidad ecológica y terrible. El capitalismo verde que hace negocio y encuentra oportunidades en el desastre o los ecofascismos que estigmatizan y culpan a otro pugnan por convertirse en normalidad. No conviene ignorarlos. Pueden existir sociedades que sean sostenibles en el plano biofísico y, a la vez, misóginas, racistas, injustas y autoritarias.

"Viviremos el resto de nuestras vidas con la cicatriz del coronavirus". Cerca de una decena de analistas, especializados en diferentes ámbitos empresariales, apuntan hasta 30 posibles escenarios a corto y medio plazo.

El levantamiento del confinamiento para los menores de 14 años decidido por el Gobierno central dejó un domingo normal o casi normal.

"Tenemos muy poca población inmunizada, lo que nos convierte en vulnerables ante una posible segunda ola". Ante ese panorama y para que una hipotética réplica no sea tan fuerte como la actual, el codirector del Instituto de Salud y Estrategia en Bilbao y ex asesor de Barack Obama, Rafael Bengoa, considera prioritario apelar, por un lado, a la responsabilidad individual y por otro, "montar una infraestructura de salud pública que nos dé la confianza de que se rastrea a todos los infectados y a sus contactos desde la red de atención primaria".

Un estudio sociológico realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) muestra que una “mayoría de los ciudadanos estima que tardaremos entre uno y tres años en recuperar una vida parecida a la que teníamos antes de la pandemia”. Además, las personas encuestadas consideran muy necesaria la realización de controles sanitarios a la población durante los próximos seis meses (86,2%), así como el confinamiento de las personas que sean diagnosticadas con Covid-19 o consideradas de alto riesgo (78,3%).