Muchas veces a la Unión Europea le crecen los enanos; el último, Georgia, que se ha desatado en protestas, divisiones y movilizaciones tras aprobar una ley de injerencia extranjera que le acerca a las políticas de Moscú, que ha sumido al país en la inestabilidad y que, sobre todo, le aleja como país candidato a la adhesión de su entrada -o acercamiento incluso- al bloque comunitario. Ucrania, en guerra, copa todos los focos, pero lo que pasa en Georgia no es el signo de calma y avance que necesita la Unión para 'abrazar' a los países