El profesorado no debería sugerirle a un alumno una transición social; deben considerar la solicitud que haga cada estudiante. Si un niño pide, por ejemplo, usar un pronombre que sea diferente a su sexo biológico, el personal docente no debe estar de acuerdo automáticamente. Cuando sea posible, colegios e institutos deberían considerar ofrecer instalaciones alternativas para los alumnos que cuestionan su género y que no se sienten cómodos usando las zonas designadas para su sexo biológico. Guía completa (pdf):
t.co/lhAtBPt5BX