La ultraderecha no es un “tercer género” a añadir a la derecha y a la izquierda como pretende. Si hacemos el ejercicio de sacar radicalidad a sus ideas, un grado o dos o tres, depende de la idea y de las circunstancias, y conseguimos que sea sobrero el prefijo “ultra”, resulta que aquello que queda son ideas de derecha, de la derecha de toda la vida.