Nos encontramos con David Bravo (Sevilla, 1978) en su despacho. Probablemente lo conozca. Cuando, hace ya unos diez años, se debatía en los medios de comunicación acerca de la legalidad o no de la copia privada y las descargas de contenidos en Internet, era aquel abogado, especialista en propiedad intelectual y derecho informático, que tenía una postura opuesta a la de la mayor parte de los contertulios.