J.V.C., que fue condenado en 2012 a dos años de prisión por abusar de su sobrina, una menor que entonces tenía ocho años, y a libertad vigilada durante los seis años siguientes al cumplimiento de la pena de prisión, continúa viviendo frente al domicilio de su víctima, que ahora tiene 11 años, en la barriada del Torrejón en Huelva. La abogada denuncia que el problema es que el Penal tiene que ejecutar los dos quebrantamientos y no lo hace por colapso porque lleva retraso.