los agentes tuvieron que acudir a la calle Vila de Foz. Allí averiguaron que un menor que esperaba en la cola con su padre para acceder a una atracción había colocado la mano en una de las fuentes de agua. Al hacerlo, había salpicado a un niño que estaba dentro de la atracción, mojándole la cara y parte de la ropa. Al ver esto, el padre del niño salpicado agarró por el cuello, con las dos manos, al menor, zarandeándolo e introduciendo su cara en uno de los chorros de la atracción, con el fin de mojarlo también.