"El sindicalismo será feminista, o no será. Eso no tiene vuelta atrás. Va más allá de discursos ideológicos y de proclamas. Al final, lo marca la propia realidad. En el sindicato lo vemos todos los días: cuando miramos directamente a las caras más duras de la precariedad nos encontramos con trabajadoras en sectores feminizados, precarizados, como son las residencias, la ayuda a domicilio, la limpieza... sin olvidarnos de todas esas trabajadoras que tienen los mínimos derechos reconocidos, como son las empleadas de hogar."