Antonio Gómez, que trabajó en el Aula durante décadas, fue su jefe de estudios y la dirigió de 2009 a 2017, lo era todo en la institución. "Él era el Aula". Tenía poder para hacer y deshacer, para convertir la institución municipal en un lugar donde satisfacer sus deseos. Hacía clases los domingos, cuando no había nadie más en el edificio, se llevaba a las menores de fiesta o a su casa, se colaba con ellas en el cine, compartía habitación con las actrices cuando hacían un bolo, entraba en el vestuario y siempre con el sexo presente.