“No soy un héroe, pero no queda nadie que ayude”. Así justifica Alexey el riesgo de cruzar los controles de los milicianos rusos de Slaviansk tres veces al día.
En el pueblo de Hailey esperan como héroe la llegada del sargento Bowe Bergdahl, canjeado por prisioneros del Talibán. Pero sus compañeros exigen una explicación por lo ocurrido en 2009, cuando fue secuestrado en Afganistán.