Según la FAO, tenemos ya los precios de los alimentos más elevados de los últimos 60 años, debido a que Ucrania es uno de los graneros del mundo y a que Rusia es el mayor productor de fertilizantes. La mezcla de la invasión, por un lado, y las sanciones, por otro, lleva a que la producción de alimentos y sus precios vayan a acabar gravemente distorsionados. Y aunque África es la que se verá fuertemente golpeada -por su mayor dependencia de los cereales rusos-, América Latina no se salvará del impacto.