Varias veces lo sorprendieron vecinos del pueblo, pero él rogó que no dijesen nada, para que no se enterase su esposa. Hasta que un hombre que lo vio varias veces lo puso en conocimiento de uno de los hijos de la víctima, el cual denunció ante la Guardia Civil que habían violado a su madre. El escenario, el camposanto de Moratalla, donde la víctima, una mujer con discapacidad física y psíquica, acudía habitualmente. Ahí la abordó en al menos tres ocasiones este individuo, para forzarla a mantener relaciones sexuales.