En la carrera de Autos Locos en que anda empeñada la política española de los últimos años, el Superconvertible de Albert Rivera ha sido el primero en abandonar, ampliamente rebasado por el Espantomóvil de Sánchez, el Mafiamóvil de Casado, el Alambique Veloz de Iglesias y el Rocomóvil de Abascal. El Superconvertible se lo compraron al profesor Locovitch en un desguace al por mayor, le montaron encima una cáscara de naranja y una veleta.Tampoco es que ayudara mucho el dopaje con que se presentaba a los debates electorales.