El asesinato de un veterano indigenista y un periodista en la Amazonia brasileña es el último episodio de una guerra que no ha parado de crecer en los márgenes de América, el territorio más letal para activistas sociales y ambientales. Colombia, Brasil y México lideran el ranking de países más peligrosos. En América Latina, la región más letal para los defensores de la tierra según el registro que lleva la organización Global Witness desde 2012, la posibilidad de un ataque violento contra activistas ambientales siempre se vuelve una sentencia.