México, donde una persona desaparece cada dos horas, lleva años cosechando violencia, corrupción, miseria, y marginación. Y el presidente, que se encuentra de gira asiática en pleno estallido social por la tragedia de Iguala, no ha conseguido erradicar la semilla que los alimenta. La complicidad entre las fuerzas de seguridad y el gobierno con el crimen organizado no es algo excepcional. Miembros de las fuerzas de seguridad de México han participado en numerosas desapariciones forzadas ocurridas desde el expresidente Felipe Calderón.