La lista de vaguedades contenidas en el manifiesto para elogiar el aporte de Juan Carlos I a la democracia, sin concretar hechos específicos, no consiguen borrar un hecho incontestable: el Borbón ha huído, ha optado por el autodestierro cobarde, opaco y que, sólo en la seguridad que requiere, le cuesta al erario español una fortuna justo cuando más falta hace el dinero. Las ratas huyen cuando el barco se hunde.