Mientras el centro de la capital se llena de obras y proyectos, los barrios madrileños del exterior de la M-30 caen en el abandono absoluto para la Gerencia de Urbanismo: inversiones que no se ejecutan, operaciones asfalto que nadie ha visto, carriles bici que desaparecen de los planes, plazas que se iban a adecentar y se quedarán como están y reformas urbanísticas en arterias troncales que nunca verán la luz en lo que queda de legislatura. Sirva de ejemplo lo que ha ocurrido con los denominados Ejes Cívicos, de los que nadie se acuerda ya.