Edimburgo (Escocia) ostenta el título de ser una de las ciudades más oscuras, mágicas y misteriosas de Europa, con sus cementerios y almas a pie de calle y los oscuros callejones que permitieron a JK Rowling inventar un mundo de brujería. Leith, sin embargo, es el distrito portuario, esa amiga de la que nadie se acuerda en las fiestas, una zona definitivamente mucho menos turística que conserva un ambiente más tradicional, aunque en sus calles podemos encontrar tradición y modernidad paseando a veces de la mano.