Lejos de aceptar esta fragmentación como una buena noticia (oportunidad para parlamentar,buscar consensos),los gobiernos “en minoría” han encontrado un salvoconducto legal para poder paralizar la iniciativa de los parlamentos y,así,conservar el monopolio de la acción legislativa.Este salvoconducto es conocido como “veto presupuestario”,y se recoge en el artículo 134.6 de la Constitución.El Gobierno tiene la prerrogativa de poder vetar proposiciones o enmiendas parlamentarias que supongan una alteración del presupuesto aprobado (aumento de gasto