La más borbónica de la estirpe de Don Juan Carlos ha sufrido las consecuencias del machismo de la línea sucesoria. La infanta Elena tenía más motivos que muchas congéneres para adherirse a la huelga en el histórico 8 de Marzo, al perder la Corona. Le arrebató la Jefatura de la Casa Real y del Estado, destinándola a ocupaciones dignas pero de menor cuantía, su soberano padre. Don Juan Carlos exigió a los constituyentes que aceptaran el hecho consumado de que Don Felipe fuera ungido príncipe de Asturias y por tanto sucesor de la Corona.