Orbán considera que Ucrania vulnera los derechos de la minoría húngara del país con sus políticas para consolidar el ucraniano como lengua franca nacional en todo el país, y rechaza que Kiev siga acercándose a la UE mientras no se cumplan sus demandas en este sentido. El primer ministro magiar está en contra de enviar armas a Ucrania y pide una negociación para poner fin al conflicto, algo que Kiev rechaza al entender que supondría de forma inevitable una cesión de territorios a Rusia.