A pesar de las buenas noticias la gran preocupación ahora son las secuelas que el ébola pueda dejar a Teresa Romero. Y es que los daños que deja el virus dependen de lo que llegue a afectar a los órganos vitales. Los más afectados suelen ser los pulmones, el hígado y los riñones. Cuando se vence al ébola, el virus desaparece completamente del cuerpo, por eso, el enfermo ya no contagia. Solo en la leche materna o el semen pueden quedar restos. Así que, si Teresa sigue evolucionando bien, al salir del hospital ya no será contagiosa. Más aun queda