El primer ministro británico, Boris Johnson, ha realizado una visita relámpago a Ucrania para entrevistarse con el presidente Volodimir Zelenski y anunciarle personalmente el envío de 120 millones de euros en ayuda militar, incluidos 800 misiles anti-tanque, decenas de misiles tierra-aire Starstreak y le ofrece 120 blindados. El anuncio lo hizo en las redes la embajada ucraniana en Londres, con una fotos de los dos líderes tomada este sábado en Kiev y un mensaje así de escueto: "¡Sorpresa!".

El ministro de Defensa en la sombra, Brendan O’Connor, exigió al Gobierno que revele los posibles recortes en los programas para pagar los submarinos franceses que nunca llegarán. El director financiero del Departamento de Defensa, Steven Groves, también confirmó que las negociaciones con las empresas que perdieron obras importantes estaban en curso y podrían prolongarse hasta el próximo año. “Las turbias cifras del gobierno de Morrison sobre los submarinos [franceses] de la clase Attack no son, por desgracia, sorprendentes”, añadió O’Connor.

No hay margen para la disidencia o las dudas en las televisiones de Rusia. Los canales de los medios públicos y privados se atienen a las órdenes del Kremlin sobre la invasión de Ucrania, la guerra que no se puede llamar guerra, sino "operación militar especial". Cuando se utilizan imágenes o se dan noticias que evocan necesariamente lo que es una guerra, se explica que la función del Ejército es defender a los habitantes de las repúblicas del Donbás en el este del país o acabar con "los nazis" que controlan Ucrania.

En capitulo de hoy Lord Draugr intenta recuperar el importe de sus vuelos a Londres comprados en eDreams.

Novak Djokovic no disputará el Abierto de Australia. El ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, ha decidido cancelar el visado del tenista serbio y expulsarlo del país, tres días después de su victoria en los tribunales. Eso sí, el tenista puede volver a los tribunales a defender su caso. El pasado lunes, el juez le permitió quedarse en el país para disputar el torneo sin estar vacunado contra la covid-19, pero el Gobierno tenía la última palabra.