Dirá la Corte Suprema lo que quiera, pero hay pasteleros o fotógrafos u otros individuos o comercios que, amparados en leyes controversiales pero vigentes, están decididos a negarse a proveer productos o servicios a bodas gay y, en varios casos, quizá no habrá manera legal hasta el momento para evitarlo...Los opositores son numerosos y no se quedarán con los brazos cruzados en un asunto que, además de lo legal, toca fibras ideológicas, religiosas y no pocos prejuicios.