Thomas White, que dijo que recorrió “Gaza a lo largo y ancho en las últimas semanas”, describió el enclave como una “escenario de muerte y destrucción”. No hay ningún lugar seguro ahora, añadió, y la población teme por su vida, su futuro y su capacidad para alimentar a sus familias.“Muchas personas dependen de aguas subterráneas salobres o salinas, si es que la tienen", explicó.