El estado de Nueva York, el epicentro mundial del coronavirus, ha superado este lunes la barrera psicológica de los 10.000 fallecidos por la COVID-19, aunque con la esperanza de que “lo peor ha acabado” y con la mirada puesta ya en la reactivación progresiva de la actividad económica de manera lenta, segura y gradual. Con 10.056 muertos por la pandemia, Nueva York, que tiene 19 millones de habitantes, se ha unido al grupo de países que como Italia, España, Francia o Reino Unido han superado también estas cifras