Tenemos la absurda exigencia de pedirle perfección a la naturaleza. El mercado lo sabe, y por eso pone en los lineales manzanas brillantes y sin rasguños, plátanos firmes y amarillísimos o berenjenas de bodegón; el resto, aunque estén igual de buenos, a la basura (o a la industria de los zumos). De la necesidad de poner cordura a este derroche alimentario nació Imperfectus, una empresa ilerdense que lleva desde febrero de 2020 vendiendo a través de su web frutas y verduras sin tener en cuenta el aspecto que presentan. A ellos solo les importa u