Viene esto a cuento porque han pasado veinte días desde el 25-M y no se ve por ningún lado que el porte gubernamental ni el partido que le sustenta hayan cambiado o estén en trance de mudar. La movilización de las clases medias y medias altas, que son el caladero fundamental del Partido Popular, no es cosa baladí que se consiga con alguna triquiñuela del brujo demoscópico que le asiste. Además de referencias semanales de los consejos de ministros, se precisa capacidad para transmitir a sus abstencionistas (casi seis millones teniendo como...