Todos los días, por la mañana, hora tras hora, unos a continuación de otros, con voz femenina, masculina, con el estruendo de su "discreta" megafonía, los tapiceros recorren, a la velocidad del caracol (con la consiguiente obstrucción del tráfico), las calles de Madrid. ¿Qué les pasa a los tapiceros?