El movimiento transgénero empezó como invención de tres hombres con un vínculo en común: los tres eran activistas pedófilos. La historia empieza con el infame Dr. Alfred Kinsey, biólogo y sexólogo cuyo legado perdura aún hoy. Kinsey creía que todos los actos sexuales son legítimos, incluyendo la pedofilia, la zoofilia, el sadomasoquismo, el incesto, el adulterio, la prostitución y el sexo de grupo. Autorizó experimentos despreciables para recoger información que justificara su visión...