Hay una convocatoria en redes para que mañana suene el último aplauso que pretende un final digno del homenaje diario. Cada quien sabrá qué le mueve a romperse las manos, o a no hacerlo, por quienes se las están dando a los nuestros hasta el último minuto. Yo lo tengo tan meridianamente claro como el 14 de marzo. Ojalá se oiga alto y claro el aplauso, pero que no tape la voz de los sanitarios que nos piden responsabilidad para no desandar el camino, ni la que reivindica dignidad en sus contratos y en sus condiciones laborales. No son héroes ni

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, vivió una situación insólita el pasado domingo. Mientras era entrevistado por la periodista Cristina Pardo en La Sexta fue ovacionado en varias ocasiones por ciudadanos que pasaban por la zona, interrumpiendo sus intervenciones. «Veo que le están aplaudiendo, señor Almeida, no se ha visto usted en otra porque que aplaudan a los políticos hoy en día fíjese que es difícil», decía la comunicadora. «Soy vecino del lugar donde estamos, va más por ahí, seguro», respondió entre risas el alcalde.

¿Y aquí? Pues a los contratados por la vía rápida les han pagado sueldo de miseria y caspa, y a los que ya estaban, en algunos casos, según el tuit de un cardiólogo que circuló, se les premió con un extra de 33 euros, lo cual nos recuerda la paga que recibió Judas el traidor. Salvó excepciones, que alguna existirá, no consta que la vanidad de los médicos se colme mediante aplausos. Suelen ser personas responsables. Mantienen la cabeza fría y el ojo científico. Supongo que les encanta el solomillo. El aplauso es gratuito pero la chicha anima...

Al igual que sucede cada tarde en España, los sanitarios del Reino Unido reciben su correspondiente ronda de aplausos por contener la pandemia de coronavirus. Pero los aplausos no son suficientes. Como recuerda este póster aparecido en una marquesina del Reino Unido, «No puedo comer aplausos. Igual, vota a alguien más sensato la próxima vez». 30.000 personas han muerto hasta la fecha por coronavirus en Reino Unido, superando a Italia como el país europeo con mayor número de víctimas mortales.

He descubierto a un vecino de cierta edad, dotado de un aire de probidad rotunda, calvo y con gafas modelo Telefunken, un poco parecido a Ibáñez, el padre de Mortadelo y Filemón, que participa en ambas fiestas. A las 20.00 horas alguien enchufa el himno de Valencia (versión Francisco) y el tipo sale para aplaudir rítmicamente. A veces, imagino que según su humor, su moral de esa jornada, sigue la melodía con los pies. Si es noche de rugido cacerolero, a las 21.00 reaparece puntual con un modesto perol que golpea, como pidiendo perdón...

Pablo se levanta todas las mañanas a las seis de la mañana y lo primero que hace es ponerse a cocinar el almuerzo; una tarta, fideos, arroz con tuco o milanesas. Después se prepara unos mates, come un par de tostadas con dulce y se despide de Valentina, su hija de ocho años, con un beso en la frente, mientras la nena continua durmiendo. Al salir de su casa se asegura de pasar al lado de la ventana de su vecina, una señora mayor que a esa hora se encuentra preparando el desayuno para su marido, y recordarle que su nena queda durmiendo. Un par de

Los valores de la Economía Social y Solidaria han demostrado ser más resilientes y necesarios en tiempos de crisis. La salida de la crisis que va a suponer el covid-19 tiene mucho que aprender de las propuestas y las prácticas que demuestran las organizaciones del sector.

En los últimos meses, los datos de audiencia de nuestro medio han ido aumentando hasta multiplicarse por tres. Estamos muy contentas, porque eso significa que nuestra familia crece y que cada día más personas confían en El Salto para informarse (y entretenerse también ;-)). Cuando te pasan cosas buenas, ¿qué haces? ¡Exacto! Decírselo a la gente a la que quieres. El Salto nunca ha sido un medio que se limite a contarte cosas. También queremos actuar. Así que no solo os informamos, queremos compartir con vosotras esa capacidad que tenemos de…

La asociación francesa Cuba Linda abogó hoy por la entrega del Premio Nobel de la Paz a las brigadas médicas cubanas Henry Reeve, desplegadas en más de 20 países para el combate a la Covid-19. La comunidad internacional es testigo de la solidaridad de profesionales de la salud que salen de su país para prestar servicios y compartir experiencias en otras partes del mundo, que en el caso de la pandemia causada por el nuevo coronavirus llegan incluso al corazón de Europa, precisó en una declaración a la que tuvo acceso Prensa Latina.

El partido ultra busca cambiar el gesto solidario por caceroladas contra el Gobierno.

Son las ocho de la tarde y se empieza a escuchar aplausos y gritos como ¨Por los sanitarios¨, ¨Viva la sanidad pública¨ o el famoso ¨Si se puede¨. Horas después Jesús Monllor, médico de familia en el Hospital La Mancha Centro, ubicado en el Alcázar de San Juan (Ciudad Real), se encuentra después de estar luchando durante más de 12 horas contra el virus, un mensaje en la puerta de su casa: "Hola vecino, sabemos de tu buena labor en el Hospital y se agradece, pero debes pensar también en tu vecinos. Aquí hay niños y ancianos.

A Vox le estorban los aplausos que cada día a las ocho de la tarde se dedican al personal sanitario desde balcones y ventanas, el gesto que une a españoles de todas las ideologías en medio de la pandemia. Hace semanas que los seguidores del partido ultra reciben a través de las redes sociales mensajes contrarios a esa manifestación espontánea y ahora su canal oficial, El Toro TV, también les pide que no lo hagan. El presidente de la formación, Santiago Abascal, que critica la supuesta falta de independencia de los medios de comunicación y

Se ha convertido en uno de los momentos principales de cada día. Puntualmente, a las ocho de la tarde, los balcones y ventanas se pueblan de vecinos y durante algo más de cinco minutos aplauden, llenándose las vacías calles y avenidas de un susurro comunitario de aliento y de ánimo.

Soy enfermero en activo, y tengo dos cosas que decir: 1.- Me molestan los aplausos 2.- No quiero una paga extra por todo el tema del COVID-19. Este enfermero tilda de “vacíos e hipócritas” estos aplausos porque “muchos de los que aplaudís sois los mismos que votáis a aquellos que destrozan la sanidad, que nos obligan a participar en la rueda injusta y amoral de las bolsas de trabajo o que directamente están despidiendo a los compañeros que ya no necesitan”.

El Gobierno ha empezado a dar a las familias gitanas tarjetas solidarias con un saldo de 110 euros. Ha ocurrido un error y la cantidad ha subido a 3.000 euros.

Ambas comunidades han adelantado la fecha de finalización de contratos temporales de junio a abril. La alarma saltó después de que CCOO avisara de la intención del Gobierno de Ayuso de dejar de contar con estos trabajadores extra. Sanitarios de Castilla y León denuncian que nunca llegaron a tener los contratos por escrito. Otros de Madrid aseguran que acordaron las condiciones de palabra y que, cuando les entregaron el contrato en este mes, eran diferentes.

La primera fue el viernes a las 21.25h, cuando se recibió un aviso por molestias causadas por la música en un piso. Los agentes vieron que el hombre tenía un altavoz en el balcón y al ver a los urbanos bajó el volumen. Pero después comprobaron que lo volvía a subir, así que lo multaron por molestias vecinales. El sábado y domingo se pusieron 4 sanciones por actos similares, una por una fiesta en un piso. En otras poblaciones se constata un incremento de quejas por la duración y volumen de música y expresiones solidarias a sanitarios y seguridad

Sabemos cada vez más de su trabajo porque durante las últimas semanas estamos asistiendo a una expansión creciente de informaciones diversas sobre su actuación en los hospitales, atribuyéndoles frecuentemente un papel incluso heroico ante la pandemia. Pero ¿qué sabemos del reconocimiento social de la figura del profesional sanitario y, más concretamente, de la profesión médica?

Distintas Comunidades Islámicas de la provincia de Cáceres, han realizado aportaciones económicas y de material sanitario, como muestra de solidaridad por la situación de crisis sanitaria que vive el país. Conscientes de que éste es un problema que nos afecta a todos, representantes de estas Comunidades contactaron con la Guardia Civil que intermedió para que las autoridades sanitarias de la región, hayan recibido más de 35.000 euros, que serán destinados en la lucha contra el coronavirus.

No hay aplausos para los maestros y profesores. Casi nadie nos menciona en sus textos de gratitud. Somos ese incordio que se ha colado en los hogares mandando deberes a los chiquillos para que no olviden lo aprendido, para no dejar la mente quieta. No hay aplausos para los maestros y profesores. Nosotros, que nos hemos tenido que poner al día en plataformas digitales en horas locas para atender a los niños. los docentes, siempre invisibles para la Administración, que nos ordena poner tareas a veces complejas, no queremos aplausos.

"...Me he estado fijando y ciertos vecinos (calle Cercas Bajas) en los aplausos por el personal trabajador de los centros sanitarios no toman parte. Algunos se asoman y simplemente miran, otros ni eso (a pesar de que se ve luz en las habitaciones, por lo que estar está). Me parece una actitud lamentable..."

Es espeluznante que el precio de una vida se decida en una sala de reuniones con gente trajeada, ¿verdad? Pues así es como funciona el mundo, y no es precisamente alentador.

132 parlamentarios del partido de Los Verdes de Alemania del Parlamento Europeo, del Bundestag y de los parlamentos regionales firmamos este manifiesto reclamando una Europa solidaria y la emisión de coronabonos para todos los países que tengan que endeudarse por la crisis del coronavirus.