En tiempos mayúsculos, desmesurados, imponentes, colosales, enormes, sobresalientes, globales, épicos, grandiosos, excesivos, inabarcables y desproporcionados ésta es una invitación a detenerse en lo pequeño. A fijar la atención en lo mínimo y lo nimio. A asombrarme con los detalles y disfrutar de lo insignificante.