La historia recordará que las potencias que encarnan Occidente, que se enorgullecen de haber proclamado la universalidad y la igualdad de derechos, se desentendieron de esa vigilancia abandonando a Palestina a su triste destino. Gracias a la audacia de Sudáfrica, son los pueblos y naciones que han padecido esa apropiación dominante de lo universal por parte de las potencias occidentales quienes son ahora sus mejores defensores. En definitiva, están recordando a Europa la promesa que ha traicionado.