Si alguno espera que hable de creacionismo, puede ir sentándose. De momento, no tengo ninguna intención de hablar de semejante despropósito, aunque podemos llegar a un acuerdo. No, hoy voy a hablaros de una monja. No, tampoco es sor Lucía Caram, que seguro que también tiene lo suyo, pero al menos tiene la decencia de callárselo (no sé si por vergüenza o por honestidad; desearía que fuera lo segundo, pero quién sabe). Así que, por eliminación sólo puede ser ella. Efectivamente. Voy a hablaros de sor Teresa Forcades.