“Si me hubiera llamado Pedro o Paco no me hubiera pasado esto”, se lamenta Aziz Senhaj. 49 años, marroquí con DNI español desde 1994 y una deuda con el INEM de 14.000 euros que le pesa como una losa. Hace dos años, acudió a renovar la ayuda familiar y le pidieron el pasaporte. “¡Pero si soy español!”, contestó a la funcionaria. Viajó tres veces a Marruecos a ver a la familia. El INEM le pide que devuelva la prestación por no comunicarlo.