“Palestine is a feminist issue”. Es obvio, ¿no? o quizá no tanto. Al fin y al cabo, ¿qué tendría que ver con nosotras un genocidio a miles de kilómetros? ¿En qué afecta a nuestros debates políticos de andar por casa, a nuestros malestares, a nuestras demandas, a los derechos que nos quedan por disputar? La respuesta es sencilla: todo. Tiene que verlo todo. Lo internacional es político, así que lo personal también es internacional. O, simplificando el palíndromo, como decía Cynthia Enloe en aquel ensayo maravilloso, una comprensión feminista...