Primer viernes de marzo, 700 jóvenes menores de 30 años, en su mayoría hombres, esperan en una discoteca de Madrid iluminada con focos rojos y amarillos. Mientras suena música épica, las luces parpadean y aparece en escena el líder de Vox, Santiago Abascal, con barba y chaqueta de cuero. La multitud se abalanza sobre él y, en medio de los flashes de los móviles, empiezan a corear al unísono: “¡Presidente, presidente!”. Era el evento central de Cañas por España, la iniciativa juvenil de Vox, el partido que más ha crecido en Instagram y Youtube.