Es la estadística oficial que recogen varios estudios con los que trabajan las asociaciones que luchan contra la trata y la explotación sexual.

Compuesto y con 8.000 euros menos. Así afirma haberse quedado un prostituidor que ha acudido a la Policía para denunciar que la joven con la que había pactado un encuentro sexual pagado y un supuesto cómplice de ella lo mantuvieron secuestrado durante todo un fin de semana y que, finalmente, le robaron una tarjeta con la que le han quitado 8.000 euros de su cuenta corriente.

7 de cada 10 encuestados (el 68,7%) entiende que, si pudieran elegir, las mujeres no ejercerían la prostitución porque su dignidad se ve dañada al prostituirse. Y 8 de cada 10 entienden que no tienen control sobre la forma en que realizan su trabajo y sufren abusos. Casi el 50% de mayores de 65 años condena la prositucion.

Los estudios que sostendrán los cambios legales para abolir la prostitución demuestran que el 39,6 % de la población ve aceptable pagar por sexo y que hay 13.000 mujeres en esa situación en la C. Valenciana.

Si la prostitución existe es porque, lógicamente, alguien paga por ella. En la Comunitat Valenciana se estima que hay entre 8.000 y 10.000 prostitutas, pero vamos a poner el foco en el consumidor, en el putero, aunque hoy todavía permanece en un segundo plano y que supondría el 20% de los hombres valencianos.

Si pasea por las calles de Albacete desde esta semana, podrá ver una serie de carteles que le llamarán la atención para bien o para mal, dependiendo de si usted consume prostitución o no. Es decir, se dará por aludido quien sea un putero, que, como lo define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es «el hombre que mantiene relaciones sexuales con prostitutas». Esa es la palabra que aparece en grande y en el centro en los carteles de la iniciativa que ha decidido poner en marcha el Ayuntamiento de Albacete para señalar al...

En el marco del Plan Nacional contra la Violencia de Género y el V Plan de Igualdad, el Ayuntamiento distribuirá cartelería contra el consumo al entender que incentiva la existencia de redes de explotación sexual de mujeres y niñas

Los prostituidores, puteros o clientes, como también se les llama, convierten a las mujeres en objetos (las 'cosifican') con palabras que encubren su misoginia en la prostitución.

Los prostituidores o clientes las convierten en objetos con palabras que encubren su misoginia. Según los informes de Médicos del Mundo (MDM), entre el 20% y el 40% de los españoles ha pagado alguna vez por sexo, y la tendencia crece en el tramo de edad entre 18 y 25 años."Los jóvenes están educados por la pornografía. Ellos, en la violencia; y ellas, en el sometimiento", mantiene Celia López, responsable de MDM en Galicia. "Estudiante, gran ejecutivo, obrero de construcción, todos tienen capacidad de convertirse en puteros".

Esto es un circo. Si el rey puede ir de putas, yo puedo ir así.

En el actual contexto pandémico la demanda de prostitución en España, primer consumidor de sexo comercial en Europa, no ha cesado pese al riesgo para la salud y la vida. La prostitución, además, es “cosa de hombres”: el 99,7 % de las personas que solicita estos “servicios” son varones, y eciosl 90 % de las personas que trabajan en prostitución, que son mujeres (EUROSTAT 2018). Durante la pandemia, el negocio de la prostitución se ha replegado a nuevos espacios más discretos y de mayor clandestinidad para seguir ofertando sus servicios.

La futura ley de garantía integral de la libertad sexual, que reformará la tipificación de los delitos sexuales en el Código Penal y equiparará las violencias sexuales a la violencia de género, dará "pasos significativos" a finales de año o principios de 2021.

La Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Miranda de Ebro (Burgos) promueve la campaña 'Sin puteros, no hay prostitución ni trata' con el objetivo de que quienes «demandan» prostitución, «incluso en épocas de confinamiento como la que hemos vivido», sean conscientes de que constituye una de las «violaciones de los derechos humanos más atroces» y son una manifestación de «violencia contra las mujeres» y las «niñas» que contribuye a «perpetuar y legitimar» las relaciones patriarcales.

Encerradas en prostíbulos, pisos, polígonos o rotondas (estar en plena calle también es estar confinadas por los prostituyentes) tienen que tragar saliva para aguantar las babas, manos y penetraciones varias, de los que en tiempos de confinamiento siguen dando rienda suelta a su miembro viril. Y es que a ellas el coronavirus las expone aún más a la miseria de la vida. Siguen siendo explotadas sexualmente con el plus maldito de ser contagiadas por quienes las violan previo pago.

Quiso interponer una denuncia contra la joven con la que había quedado por negarse a mantener relaciones sexuales con el

“Eres penetrada cada día por todos sitios por desconocidos. Es la deshumanización total”. “No hay perfil. Puede ser cualquier hombre. De cualquier edad, clase social, formación... También dicen que a veces solo hacemos de psicólogas con ellos. Si no podemos ni con nuestras vidas...”. Los clasifica en tres tipos. “Está el putero majo, que busca una perfomance romántica, que te hagas pasar por su novia. El segundo el “putero macho”, que consume pornografía y busca a una mujer disponible para todo; y, por último, habla del peor, el “sádico”.

La prostitución es sinónimo de esclavitud sexual. Y es que, sin importar el lugar en el que se produzca, el destrozo que causa en los cuerpos y las vidas de las menores y las mujeres obligadas a venderse como esclavas sexuales es idéntico. La solución, tal y como destacan multitud de voces expertas, es abolirla y señalar a quienes causan tal destrucción. Cuando la necesidad aprieta, la desigualdad se abre paso y ahoga a las mujeres, con una soga sostenida por la mano cómplice de la sociedad, a través de la prostitución.

Nuria Medina (PSOE) pide señalar a los padres que recurran a la gestación subrogada como si fueran puteros

"Ella siempre está expuesta, él es como invisible. Ella carga con el estigma de una ocupación que avergüenza, él es una especie de figura clandestina. A los polígonos acuden hombres solteros, casados, jóvenes, maduros; llevan corbata, o chándal, o mono de trabajo, zapatillas de deporte o trajes caros; conducen coches de segunda mano o vehículos de lujo. No hay nada que les distinga, aunque te los cruces en el metro o en la oficina, o en la reunión de vecinos; no los vas a reconocer. (...)"

Declaraciones de Medina, del PSN-PSOE, abogando por el señalamiento de padres por gestación subrogada tal y como hacen con los puteros.

Según Naciones Unidas, el 38% de los hombres españoles son “puteros” convirtiendo a nuestro país en el que más “sexo de pago consume” en Europa y el tercero en todo el mundo. Así, cerca de ocho millones de hombres de España “se sienten legitimados a comprar el cuerpo de seres humanos”, añadía Rocío Mora, directora de la Asociación APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida).

La prostitución es «una actividad de ocio masculino» y, aunque no hay perfil del «putero», salvo que es un hombre, sí lo hay de sus discursos con respecto a las mujeres y a la prostitución. «Los puteros canarios son regulacionistas para que no se les multe ni estigmatice, para que lo puedan hacer con discreción», afirmó ayer la socióloga de la Universidad de La Laguna (ULL) Esther Torrado. Advirtió que los prostituidores quieren «prostitución low cost», prefieren pisos y clubes porque les brinda más discreción, y buscan «variedad del producto».

La explotación económica de mujeres, motor de las tramas de prostitución, goza en nuestro país de impunidad, gracias al Código Penal de 1995, que derogó importantes tipos penales que actuaban como eficaces muros de contención de la actividad del proxenetismo. Los efectos de esta despenalización pudieron constatarse de forma inmediata. Pasamos, en un brevísimo espacio de tiempo, de ser un país de tránsito a ser un país de destino de mujeres prostituidas; incluso hoy somos una plaza de turismo sexual, especialmente, Cataluña.

Uno de los aspectos más destacados es el objetivo de “luchar contra la prostitución” (capítulo VI, sección 2) y se establecen multas a los solicitantes de servicios sexuales pero también a proxenetas o intermediarios; en cambio no se sancionará a las víctimas, “mujeres y hombres que ejercen la prostitución”. Además el ayuntamiento se compromete a aumentar las inspecciones en locales o viviendas donde haya sospecha y a ayudar a aquellas mujeres que quieran abandonar esta situación.