“Alemania tiene un dilema”, dijo en la apertura de la Semana Intercultural de Mainz el presidente, Joachim Gauck: “entre el deseo de ayudar y los medios finitos para hacerlo". Merkel no quiere arriesgar su futuro político con su política de puertas abiertas a los refugiados. Su gabinete ha aprobado, este martes, el endurecimiento de las condiciones para demandar asilo y acelerar así las expulsiones de aquellas personas procedentes de Albania, Kosovo y Montenegro, países considerados “seguros” de donde procede el 40% de los demandantes de asilo.