La presidenta del PP en la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, utilizó entre septiembre de 2014 y junio de 2015 la Consejería de Infraestructuras autonómica, que entonces dirigía, para pedir a los altos cargos de su departamento que hiciesen donaciones al partido. La exigencia no partía del PP, sino de la propia consejería, ya que algunos responsables de las empresas públicas y los cargos de confianza no estaban afiliados a la formación.