El número de cabinas ha caído en picado en este siglo. De las más 50.000 que había en 2000, quedan poco más de 17.000 en las calles españolas. Y aunque los datos concretos son confidenciales, su utilización se ha hundido hasta hacerse prácticamente nula ante la vertiginosa expansión de la telefonía móvil (16.000 es un número anecdótico frente a las más de 50 millones de líneas de móvil hoy activas en España).