El administrador de Vauras, Bernat Palau de Belza, argumenta que el recordatorio del consistorio de que tenían que cumplir la ley de Vivienda supone una extorsión a su negocio. El administrador de la firma ha comparecido como testigo y ha sido incapaz de detallar a la jueza las coacciones que denunció en su querella por parte de cargos municipales. Ha sido un exhaustivo interrogatorio que, según fuentes jurídicas, ha dejado momentos de asombro por la particular interpretación del responsable del fondo sobre lo que es una coacción y una amenaza.

Compartían una casa en alquiler en Vilandriz, en A Pontenova, y que con varios familiares presentaron una denuncia por la inspección de la que fue objeto el inmueble por Servizos Sociais de la Xunta, sin permiso para acceder a una vivienda privada, y por hostigar y coaccionar a los residentes y a sus familias para que la abandonasen. Acudió el viernes pasado en silla de ruedas al juzgado después de que se rechazase la petición de que le tomasen declaración en Vilaoudriz.

El cuentakilómetros marcaba 153.730 mientras que la realidad de la camioneta eran 355.979 kilómetros. La juez Ana Belén Núñez Gutiérrez obligó al vendedor a devolver todo lo desembolsado. Debido a que el estado del vehículo no era óptimo, tuvo que reparar el parabrisas y cambiar varias piezas del motor poco después de adquirirlo. El vendedor no le dio respuesta. Por ello presentó la demanda por resolución de contrato de compraventa, devolución de lo pagado e indemnización por daños y perjuicios.

Alika Ogorchukwu, de 39 años, trabajaba vendiendo objetos a los peatones, cuando un hombre se abalanzó sobre él, lo golpeó con una muleta en la cabeza y luego se sentó encima de él presionando su cabeza contra el suelo. En Italia, el asesinato del vendedor nigeriano Alika Ogorchukwu a plena luz del día ha provocado indignación y críticas a la indiferencia de los transeúntes que presenciaron el crimen y lo grabaron, en lugar de intervenir e impedir la muerte del inmigrante.

"Mamá, te van a llamar ahora de la financiera y te van a preguntar si eres María García —nombre ficticio— y si estás de acuerdo con la compra. Tú di que sí, que aceptas todo". Esta es la recreación de uno de los episodios que se describen en la causa que mantiene abierta el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Antequera en torno a una organización criminal compuesta por vendedores de enciclopedias, libros y otros productos del hogar que supuestamente ha estafado por toda España a decenas y decenas de personas vulnerables.