Salarios de miseria para los trabajadores, daños medioambientales causados por la producción: se supone que la ley sobre la cadena de suministro, en vigor desde enero, debe evitarlo. De hecho, los productos fabricados en condiciones inhumanas siguen llegando a los supermercados de Berlín y Brandemburgo. Desde la distancia, Said* observa el enorme invernadero donde hasta hace poco cosechaba tomates. 40 horas a la semana, por el salario mínimo legal de 7,67 euros la hora, al menos eso dice su contrato de trabajo. Pero la realidad es otra:…