En sus últimos minutos juntos, Jean Carlos, de 8 años, se aferró a la mano de su madre como un ancla y prometió “respirar profundo” para evitar llorar. Su hermana, Crisol, de 10 años, se escondió enojada en la cocina. Su hermano, Cristian, de 12 años, arrastró una maleta azul hasta el patio. Luego de pasar la puerta para los familiares, en el terminal de pasajeros, Aura Fernández, de 38 años y madre soltera de diez niños, contuvo las lágrimas. Su autobús llegó rodando por la vía. Fernández besó a sus hijos, subió a bordo y desapareció.