Amancio Ortega tiene un problema que la mayoría de los grandes ricos del mundo no tienen. Cada año, el mayor accionista de Inditex, matriz de Zara, la cadena de moda más grande del mundo, tiene que invertir los miles de millones de euros que recibe de la empresa, o enfrentarse a la posibilidad de tener que pagar una parte de esos ingresos en impuestos sobre el patrimonio. A medida que el continuo éxito de Zara engrosa las arcas de Ortega con flujos de dividendos cada vez mayores, reinvertir ese dinero en un plazo de 12 meses se está convirtien