Por Philip Giraldi, ex-CIA. El relato de la creación del Coronavirus más difundido en los principales medios de comunicación, sugiere que se derivó de un microorganismo de origen animal encontrado en un murciélago salvaje que fue consumido por una etnia china residente en Wuhan. Pero parece haber algunas pruebas que ponen en duda que en esas provincias adyacentes de China, donde los murciélagos salvajes son más numerosos, no se hayan producido brotes importantes de la enfermedad.