“¡Compatriotas, la resistencia ya está dentro del Congreso!”, gritó el secretario general de Vox en la plaza Margaret Thatcher de Madrid cuando se empezaron a confirmar los resultados. Hace unos días Vox era el terror: un nuevo partido de extrema derecha, patriotero católico xenófobo machista que llenaba plazas y avenidas. Se le auguraban entre 40 y 60 diputados; consiguió 24. Pero los resultados demostraron que la mayoría de sus seguidores eran votantes del PP que se habían guardado sus gritos más extremos y que ahora salían del armario.